15/12/13

PREGUNTAS FRECUENTES (4ª PARTE )

“¿Por qué si tengo mucho dolor tengo que ir al psicólogo, estoy loca?” 

Los trastornos de dolor crónico producen síntomas psicológicos como la 
ansiedad o la depresión, porque vivir día a día con el trastorno hace que 
nuestra vida se vuelva más complicada y que muchas veces nos supere. 

Debemos recordar que el dolor es una de las situaciones más aversivas que 
existen y además hay que añadir sus molestos síntomas secundarios. 

El psicólogo te va a enseñar cómo mejorar tu estado anímico, cómo 
disminuir tu ansiedad y equilibrar la actividad y el descanso y de manera 
indirecta, mejorar tu dolor. Además el tratamiento psicológico te ayudará a 
que aceptes lo que te ocurre y aprendas a vivir con el dolor. 
“¿Por qué en ocasiones me pongo muy nerviosa, como si no pudiera 
respirar, con palpitaciones, calor y mareo?” 

Los trastornos de dolor crónico aumentan nuestro nivel de ansiedad, que es 
un mecanismo de defensa del organismo. 
 Cuando hacemos las actividades del día a día con dolor, como nos cuestan 
mucho, activamos “la alerta” (la ansiedad). 
Todos l@s afectado@s de fibromialgia tienen una situación estresante diaria, 
que es el dolor, por eso suelen presentan mayores niveles de ansiedad que el 
resto de la población. Cuando esa ansiedad es muy elevada puede dar lugar 
a una crisis y entonces aparecen los síntomas de la ansiedad (taquicardia, 
ahogo, mareo, tensión muscular, sudor, etc.) que suelen experimentarse de 
una forma más intensa. 
El problema es que con el aumento de ansiedad también aumenta, a su vez, 
el dolor. 
 La técnica más utilizada para luchar contra la ansiedad es la relajación. Hay 
diferentes formas de relajarse pero la más usada, por su rapidez, es la 
respiración profunda. Es una técnica de relajación y distracción. Consiste en 
coger aire por la nariz y llevarlo a la parte más baja de los pulmones (que se 
corresponde con el abdomen), tratar de hinchar la tripa como si fuéramos un 
globo, aguantar unos segundos (podemos contar: uno, dos, tres…) y a 
continuación soltar el aire por la boca lentamente. 
Cualquier estrategia de relajación requiere de una práctica continuada y 
para aprenderla y practicarla adecuadamente debes acudir a un profesional.

“Cuando tengo dolor lo veo todo negativo y a veces pienso que así no 
quiero vivir”. 

El dolor, sobre todo si es intenso, aumenta nuestros pensamientos negativos, 
catastróficos, hace que lo veamos todo de color negro. Si además dejamos de 
hacer actividades, sobre todo las más gratificantes, corremos el riesgo de 
padecer un trastorno de depresión. Los pacientes con dolor crónico 
presentan más depresión que el resto de la población, aunque este hecho 
está más relacionado con la falta de adaptación al dolor que con la 
intensidad del mismo. Es normal, el tratar de llevar nuestro día a día nos 
supone un esfuerzo de tal magnitud que a veces no podemos más y dejamos 
de luchar. 

La depresión se caracteriza por un aumento de los pensamientos negativos: 
pensamientos de culpa, de inutilidad, de fracaso, de desesperanza y en 
ocasiones de muerte (“si desapareciera, mi dolor desaparecería también”). 
No debemos sentirnos culpables por tener depresión, y añadir más carga. Si 
te sientes de esta forma debes acudir a un psiquiatra y/o un psicólogo, ellos  
te ayudarán a salir de la depresión. Recuerda lo más importante, no haces 
las cosas NO porque NO quieres, sino PORQUE NO PUEDES. 

“¿Qué es la serotonina?” 

La serotonina es un neurotransmisor, quiere decir una sustancia que está en 
tu organismo y que ayuda al sistema nervioso a estar activo. La serotonina 
se fabrica en las fases profundas del sueño y cuando hacemos ejercicio, por 
eso las personas que tienen depresión y fibromialgia, tienen un nivel más 
bajo de serotonina. 

“Hay días que no puedo parar de llorar y otros que todo me enfada y estoy 
a la que salta”. 

 El llanto o la ira son mecanismos de vaciado: imagina un vaso que se va 
llenando de agua, gota a gota, cuando está lleno el agua se sale, no podemos 
detenerla y además esto viene bien, porque así podemos seguir llenando el 
vaso. 
 Con este ejemplo quiere ejemplificarse la forma en que el dolor y todos los 
síntomas asociados nos van cargando y por qué en algunos momentos sin 
saber la causa necesitamos explotar llorando o gritando. Es bueno, es 
necesario, no te reprimas ni te sientas culpable, porque añadirás más agua al 
vaso. Aprende a vaciar el vaso con otras estrategias como el ejercicio, hablar 
con un amigo, distraerte haciendo algo que te gusta, haciendo relajación, o 
expresando tus sentimientos de forma asertiva (adecuada), etc

“No me gusta como soy, el tener fibromialgia me hace sentir inferior a los 
demás, ¿es normal?” 

El padecer un trastorno de dolor puede hacer que disminuya la propia 
autoestima: cambia la imagen que tenemos de nosotros y nos hace perder 
confianza. Es normal, sobre todo en las primeras fases del trastorno en las 
que el paciente debe aprender a conoce sus limitaciones. Además también 
cambia la imagen que damos a los demás y eso a veces puede suponer un 
problema. Puede ayudar el que te fijes en las cosas que haces bien, y trates 
de buscar tu nuevo yo en el día a día. A veces no tiene por qué ser peor, es 
diferente, puede que el trastorno te ayude a valorar cosas que antes no 
parecían tan importantes. Recuerda que lo fundamental es aprender a 
querernos. 

“Estoy más gorda, ¿ es malo?” 
 
Los fármacos, la ansiedad, la vida sedentaria nos pueden aumentar el peso. 
El exceso de peso añade más inflamación, tirantez y dolor al trastorno. No 
hay que obsesionarse, pero si se cuida la alimentación puede ayudar a 
mitigar el nivel de dolor y cansancio. Ante el exceso de peso debes acudir al 
especialista (endocrino) que será el que mejor te ayude. Para empezar 
puedes disminuir la ingesta de grasas, y alimentos precocinados y fritos, 
toma alimentos más diuréticos (piña, pomelo, te rojo, etc) y practica más 
ejercicio. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario